Radio Amishar

19 de septiembre de 2011




Meditaciones Matinales 
De Amigos Adventistas 
Cada día con Dios - Elena G. de White
Hoy es Lunes 19 de septiembre del 2011

TODOS LOS HOMBRES SON HERMANOS

El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay. . . De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres. Hech. 17: 24, 26.

Dios ha manifestado por los seres humanos un amor infinitamente profundo, y sin embargo, cuán lejos estamos de apreciarlo. Cristo murió en la cruz del Calvario para que los pecadores pudieran ser redimidos de la esclavitud del mal, y ubicados en terreno ventajoso delante de Dios. Pensemos en el maravilloso amor que el Padre manifestó al hacer este sacrificio. Es nuestra responsabilidad señalar este amor a los que están fuera de la grey, contarles a los pecadores lo que Cristo ha hecho por ellos, y lo que pueden llegar a ser debido a su gracia transformadora.

Queremos que como resultado de todo lo que se haga el nombre del Señor sea glorificado y su causa progrese. Ahora, como nunca antes, se necesita una sabia estrategia. El prejuicio humano no proviene de Dios. Dejarnos guiar por los impulsos es muy peligroso. El impulso humano es un elemento muy pobre y no puede reemplazar a la razón santificada.

El Señor Jesús considera cada alma con profundo interés. Ha afirmado que las características espirituales de su iglesia deben ser cuidadosamente preservadas. La iglesia esta en el mundo y debe trabajar para el mundo, pero no debe abrir sus puertas a la mundanalidad. "Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada" (Mat. 15: 13). La iglesia debe ser celosamente protegida, debe manifestar ante el mundo su carácter sagrado. "Vosotros sois labranza de Dios, edificios de Dios" (1 Cor. 3: 9). "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2: 12, 13). . .

La verdad debe ser proclamada hoy a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Cristo desea que la obra se haga de tal manera que no suscite prejuicio, porque cuando éste se manifiesta, algunos no quieren oír la verdad. . .
Todavía estamos en este mundo, donde existen estas barreras, y debemos trabajar de tal manera que alcancemos a todas las clases sociales. No permitan que los obstáculos presentes destruyan su fe y su confianza en Dios (Manuscrito 114, del 17 de septiembre de 1904, "Pautas relativas a la obra en favor de la gente de color").

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