El hecho de que este tiempo se ha prolongado más de lo esperado, no significa que la Palabra de Dios haya fallado. Hay una obra que debe ser hecha y hay condiciones que se deben cumplir antes de que pueda venir Cristo (ver Ev 504-505). Entre tanto es indispensable que cada creyente experimente un sentimiento continuo y vital de la brevedad del tiempo y de la inminencia del retorno de Cristo. Esta motivación es indispensable para completar la obra que debe concluirse y hacer frente a las condiciones que se presenten. Permanece siempre intacta la verdad de que a los que duermen en una tibia complacencia propia el día del Señor los sorprenderá como ladrón en la noche, “y no escaparán” (1Th_5:3).
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