Radio Amishar

28 de enero de 2015

Bendición a los que velan

Se bendice a los que velan
Posted: 27 Jan 2015 07:00 PM PST

Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Lucas 12:37.

Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos, escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incrédulos. A Noé fueron dirigidas estas palabras: "Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí". Noé obedeció y se salvó. Este mensaje llegó a Lot: "Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad" Génesis 7:1; 19:14. Lot se puso bajo la custodia de los mensajeros celestiales y se salvó. Así también los discípulos de Cristo fueron advertidos acerca de la destrucción de Jerusalén. Los que se fijaron en la señal de la ruina inminente y huyeron de la ciudad, escaparon de la destrucción. Así también ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida de Cristo y de la destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los que presten atención a la advertencia se salvarán.

Por cuanto no sabemos la hora exacta de su venida, se nos ordena que velemos. "Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales su Señor cuando venga, halle velando". Los que velan esperando la venida de su Señor no aguardan en ociosa expectativa. La espera de la venida de Cristo debe inducir a los hombres a temer al Señor y sus juicios sobre los transgresores. Les ha de hacer sentir cuán grande pecado es rechazar sus ofrecimientos de misericordia. Los que aguardan al Señor purifican sus almas obedeciendo la verdad. Con la vigilancia combinan el trabajo ferviente. Por cuanto saben que el Señor está a las puertas, su celo se vivifica para cooperar con los seres divinos y trabajar para la salvación de las almas. Estos son los siervos fieles y prudentes que dan a la familia del Señor "a tiempo… su ración". Lucas 12:42. Declaran la verdad que tiene aplicación especial a su tiempo. Como Enoc, Noé, Abrahán y Moisés declararon cada uno la verdad para su tiempo, así también los siervos de Cristo dan ahora la amonestación especial para su generación. 41El Deseado de Todas las Gentes, 588.

Devocional Vespertino
"Maranata: El Señor Viene"
Por: Elena G. de White

Sin lugar al fracaso

Con frecuencia nuestra visión humana nos lleva a cometer errores de apresuramiento y, una vez tras otra, nos equivocamos queriendo arreglar todo por nuestra propia cuenta. Si entendiéramos realmente el plan de Dios para nuestras vidas, las historias que tendríamos para contar serían otras. “Nadie planifica el fracaso”, reza un dicho popular. Sin embargo, como hijos e hijas de Dios, planeamos el fracaso cuando no dejamos que él dirija nuestra vida. En su Palabra está la clave del éxito; y si somos guiados por ella, no habrá lugar para el fracaso.

27 de enero de 2015

Las interrogantes tienen respuestas

Las interrogantes tienen respuestas
¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! Salmo l39:l7 Todos, en algún momento, hemos tenido interrogantes para las cuales quisiéramos respuestas rápidas de Dios y de los hombres: ¿Por qué a mí? ¿Podré yo con esta situación inesperada? ¿Qué hice para que me ocurriera esto? Dios, ¿me estás castigando? Era el 24 de enero de 1995, fecha especial para mi esposo Miguel y para mí. Cumplíamos nuestro primer aniversario. Además, yo tenía quince semanas de embarazo, y en ese día nos entregarían los resultados del examen de amniocentesis. Dios me había bendecido con dos hermosos hijos de mi matrimonio anterior. Este sería nuestro último hijo. Estaba sola en casa cuando sonó el teléfono. La emoción aceleró mi corazón. Esperaba oír que era niña y que venía sana. Pero, la voz tenía un tono de urgencia: debía acudir al hospital, donde me confirimarían que esperaba un niño con el síndrome de Down. Fue un momento muy difícil. Llame’ rápidamente a mi esposo, él llegó a la casa y lloramos juntos. Muchas interrogantes vinieron a nuestra mente. Han pasado ya dieciocho años. Alabo y glorifico a Dios porque envió un ángel especial a mi vida. Se llama Ángel Samuel. Es un jovencito que padeció varios problemas de salud. Su vida no ha sido fácil, pero Dios nunca nos ha dejado solos en esta tarea tan importante y especial. Ángel trajo, y a diario trae, muchos regalos a nuestro hogar. Yo necesitaba a Ángel en mi Vida, pues con él recibiría de Dios lecciones de amor, de humildad, de perseverancia; especialmente, el poder comprender cuánto nos ama. Somos sus hijos con “condiciones especiales”. Dice el Salmo 139: “Tú formaste mis entrañas… Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (vers. 13 y 16). El anhelaba tener hijos perfectos, pero el pecado nos dañó. Como Padre amante, es paciente con nosotros, y entiende nuestro sufrimiento y nuestras dificultades. Mis preguntas quedaron contestadas. Todo lo que Dios permite en nuestra vida, por doloroso que sea, lo convierte en algo maravilloso para nuestro crecimiento espiritual. Sandra Berrios Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015 “Jardines del alma” Por: Diane de Aguirre

26 de enero de 2015

Avanzando por fe

Avanzando por fe

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1

Si tienes fe, tienes esperanza; y si tienes esperanza, lo tienes todo”. Este mensaje está grabado en una pequeña placa de cerámica que me obsequió mi hija Elis el día de mi cumpleaños. Luego de leer tan hermoso mensaje, me quedé pensando, recibiendo las palabras de aliento que contenía, y analizando cuán grande es el amor de Dios, que aun en los momentos más difíciles nos concede su misericordia. Me alegré al recibir estas lindas palabras de parte de mi hija, quien, a pesar de soportar el dolor de una enfermedad crónica, es una fiel cristiana. Acrecienta su confianza y su fe día a día, pues a diario lucha contra el enemigo. Sus palabras de aliento me dan la certeza de que “su amor por Dios es grande, que su fe no declina y que espera en el Señor. Doy gracias a Dios por haberlo conocido y por darme el privilegio de enseñarles a mis hijas, desde pequeñas, que son hijas del Rey; que nada les faltará porque con Dios todo es posible. Son los momentos difíciles los que fortalecen nuestra fe. Recuerdo una anécdota sobre algo que sucedió mientras iba a República Dominicana con mi hija. Viajábamos por motivos médicos, un poco desorientadas porque desconocíamos el lugar adonde íbamos, pero confiadas en Dios. Llevaba en la mano el libro devocional para damas titulado Avanzando por fe y, al poner nuestras pertenencias en la cinta transportadora del control de equipaje, un oficial me ordeno colocar también el libro sobre la cinta. Sin embargo, al ver el título, me lo entrego y dijo en alta voz: “¡Adelante, adelante, que esta mujer avanza por fe! Fue gracioso; nos reímos y, sobre todo, me sentí más segura en DIOS. ¡Yo avanzaba por fe! ¿Avanzas tú por fe, amiga? Podemos tener una familia hermosa, seguir los caminos de Dios, guardar sus mandamientos y aun ser vulnerables al sufrimiento. No importa donde estés o la enfermedad que toque tu vida o la adversidad que estés confrontando: no pierdas la fe, porque Dios te protege. Él nunca te abandonará, pues prometió: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mercy Calero *Beny de Rodríguez (Doral. Florida: APIA (México D. F. GEMA, 2007). Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015 “Jardines del alma” Por: Diane de Aguirre

25 de enero de 2015

¡Germina!

¡Germina!

Yo plante… pero el crecimiento lo ha dado Dios. l Corintios 3:6

Uno de mis hijos tuvo que hacer un experimento para su clase de biología. El propósito era determinar el desarrollo de unas semillas de habichuela luego de que fueran expuestas a diferentes condiciones. A Colocó dieciséis semillitas en agua durante veinticuatro horas. Después las secó y las separó en grupos de cuatro. Al primer grupo lo dejó en su estado original, al segundo le cortó la punta inferior de cada semilla, al tercero le cortó una porción equivalente a un cuarto y al último grupo le cortó la mitad de la semilla. Luego colocó cada grupo en papel absorbente y les proveyó todas las condiciones esenciales: un lugar confortable, y algo de luz y agua, para que pudieran germinar. Estas semillitas debían ser observadas con mucho interés; y cada día se registraba su condición y desarrollo. ¿Cuál fue el resultado del experimento? Solo las semillas mantenidas en su estado original fueron capaces de germinar y continuar creciendo hasta llegar a dar frutos. Aquellas que habían sufrido algún corte no presentaron crecimiento alguno. A1 reflexionar en este sencillo experimento pensé en que, muchas veces, nos asemejamos a estas semillitas. En nuestro andar por este mundo, mientras aguardamos la venida de nuestro Señor Jesucristo, vamos permitiendo que los afanes nos dividan. La ansiedad, las dificultades, las pruebas mal afrontadas hacen que vayamos dejando por el camino parte de lo que somos. Y así vamos perdiendo la esencia de nuestro ser, nuestra identidad cristiana. Vamos viviendo “porque sí” y por vista, perdiendo la fe y la esperanza. Solo la semilla que se mantiene en su estado original lleva frutos, crece, germina y comparte la vida. Cristo sí puede reparar todas tus heridas, todos tus daños, y darte vida a pesar de todo lo que hayas pasado y sufrido. Recuerda que si Jesús hubiese retrocedido tan siquiera un paso cuando fue herido, aun por sus amigos, nuestra redención se habría frustrado. Pero no retrocedió. Produjo fruto: el fruto de nuestra salvación y vida eterna. A pesar de las circunstancias adversas, ¡germinal ¡Crece! ¡Lleva fruto! Raquel Marrero. Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015 “Jardines del alma” Por: Diane de Aguirre

23 de enero de 2015

Noche de ángeles

Noche de ángeles

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7.

¿Ángeles? Sí. Seres celestes que intervienen en nuestra vida. Vanessa, mi hermanita menor, tenía tres años cuando tuvo un encuentro cercano con los ángeles. Ella no lo recuerda, pero sí los que estuvimos ahí y lo escuchamos de ella

Vanesa tuvo un accidente. Una pileta de cemento cayó sobre ella y le cortó dos dedos y medio de su pie derecho. Los doctores trataron de unir quirúrgicamente los dedos, y pasó la noche en el hospital.

A medida que pasaba la anestesia, Vanesa empezó a sentir dolor. Lloraba y se quejaba. Mi mamá la tomó en brazos y la paseó por los pasillos. Llegaron hasta la sala de espera. La pared tenía grandes ventanas de vidrio y se podían ver las azoteas de las casas. Mi mamá trataba de distraerla con cantos de la Escuela Sabática. De repente dejó de llorar y comenzó a sonreír. Su rostro se iluminó: 
-¡Mira qué lindos! -tomó la cara de mi mamá en sus manitas y dirigió su rostro hacia fuera-. ¡Mamá, míralos! 
-¿Qué ves, mi amor? 
-¡Los ángeles! Ahí -señalaba ella sobre las azoteas-. ¿Los ves? Son ángeles y tienen alitas y me sonríen. ¡Me están cuidando! 
-No veo nada, mi amor. 
-Están ahí sobre el techo -insistía ella.

Pero mamá no veía nada. Vanessa siguió mirando, y al rato se durmió. Por la mañana, intrigada, mamá revisó el lugar. No había nada que pudiera confundir a Vanessa. Durante varios días mi hermanita contaba lo que había visto y cómo se sintió aliviada después de aquella visión.

Los ángeles están entre nosotros, como el Señor ha prometido. Cuando el dolor parece consumirte, cuando crees estar sola y tus ojos se secan de llorar y no pareces obtener respuestas, cuando el dolor te ciega, ellos están ahí, sienten tu dolor. Creo que los niños, en su pureza e inocencia, logran verlos. Sin embargo, lo importante no es verlos; es saber que están ahí, porque “el ángel de Jehová acampa alrededor”. Esta promesa fue real para mi hermanita, y lo es para mí. Esta promesa también es para ti.

Sandra Menéndez Sosa.

Embaucador, sí; tonto, no

Embaucador, sí; tonto, no

Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente. Isaías 48:17.

En la versión Reina-Valera de 1960 de la Biblia, la expresión “Así ha dicho Jehová”, tal como se halla en la introducción del texto bíblico de reflexión para hoy, se encuentra aproximadamente unas 344 veces en el Antiguo Testamento; la expresión “Dijo Jehová”, unas 726 veces; y “Vino a mí palabra de Jehová”, unas 67 veces. Los profetas, en general, antes de proclamar su mensaje, lo introducían con este tipo de fórmulas, para asegurar a sus oyentes o a sus lectores que lo que iban a escuchar a continuación era un mensaje procedente directamente de Dios y que, por lo tanto, tenía toda la autoridad divina, y que no era una mera ocurrencia del profeta.

¿Eran embaucadores los profetas? ¿Mentirosos que inventaban un mensaje propio o mercenarios al servicio de algún poderoso, adjudicando su procedencia a Dios, a fin de obtener algún tipo de rédito, de beneficio material, social, estatus, poder, comodidad, placeres o fama?

Lejos de eso, en términos generales, los profetas lo pasaban muy mal por comunicar estos mensajes. Su contenido no era nada popular, nada halagüeño para la naturaleza y la comodidad humanas, y muchos de ellos no solo sufrieron oposición, ridículo, burla y rechazo social, sino aun persecución, pérdidas materiales, violencia y muerte. Habría que ser muy loco o muy tonto para “jugarse” y empecinarse en comunicar un mensaje inventado por uno mismo, sabiendo que por transmitirlo la recompensa, lejos de ser placentera, va a ser altamente perjudicial para uno mismo, en términos materiales y de seguridad personal.

Los mensajes de la Biblia son tan serios, tan llenos de trascendencia moral, de verdad y sinceridad, que habría que estar demasiado immer- sos en el escepticismo, demasiado prejuiciados, como para afirmar la teoría de que sus escritores fueron una confabulación de estafadores morales y religiosos. Cuando uno lee la Biblia, percibe el sonido de la verdad, que trasunta en sus páginas, y si tenemos el corazón abierto a la verdad, reconoceremos en ella la voz de Dios que quiere enseñarnos provechosamente, encaminarnos por el camino que debemos seguir y, sobre todo, presentarnos a nuestro Redentor.

Aprovecha el día

Aprovecha el día

“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia. Anda según los caminos de tu corazón y la vista de tus ojos, pero recuerda que sobre todas estas cosas te juzgará Dios " (Eclesiastés 11:9)

El tema del Eclesiastés, carpe diem (aprovecha el día), es común en la literatura universal. La expresión misma fue acuñada por el poeta romano Horacio (siglo I a.C.) en sus Odas. De ahí nació la versión renacentista, alegre, desenfadada, profana que el poeta Garcilaso de la Vega expresa así en su soneto XXIII:

“Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la dorada cumbre”.

Como en Eclesiastés, la vida, la belleza, los placeres de la juventud, transcurren entre los dos adverbios de tiempo “en tanto que” y “antes que”, pero con una diferencia sustancial: Salomón incluye, al final de todo, el juicio divino que los poetas olvidan.

Jamás hemos de olvidar que, aunque somos seres dotados de libre albedrío y podemos escoger, hacer o dejar de hacer, somos también seres moralmente responsables de nuestros actos; que nuestras emociones y nuestros sentidos deben estar bajo el control de nuestra inteligencia y conciencia; que, como dice la Escritura, lo que sembramos, como lo que edificamos, tienen sus impepinables resultados en la vida que el tiempo y las dificultades someterán a prueba; finalmente, que, como concluye Salomón: “Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala” (Ecl. 12:13-14).

Que Dios te ayude a aprovechar tu tiempo.

Datos personales