Radio Amishar

26 de marzo de 2015

Se necesita miembros activos en la obra

La iglesia necesita miembros consagrados y activos que contribuyan continuamente a la completa realización 768 de la obra de la iglesia en la ganancia de almas para el reino de Dios

Deberes de un cristiano

No importa qué parte del cuerpo humano esté afectada por el dolor o la enfermedad, los recursos y las energías de todo el organismo se concentran para aliviar ese dolor y restaurar el miembro lesionado a su estado normal. En el cuerpo espiritual cada miembro también debe interesarse en el bienestar de los otros, sin hacer acepción de personas ni de dones.

Dones y fruto del Espíritu

Debe advertirse que los dones del Espíritu no son lo mismo que el “fruto” del Espíritu (Gal_5:22-23). Los primeros incluyen las gracias del poder divino que se dan a algunas personas de la iglesia para el cumplimiento del propósito de Dios a fin de que se realice la perfección de su iglesia. Los frutos del Espíritu son cualidades de carácter que aparecen en los miembros de la iglesia que se entregan completamente a la conducción del Espíritu y son movidos por el atributo supremo del Espíritu, que es el amor (ver 1Co_13:13; Gal_5:22-23; HAp 311; PVGM 47-49; 5T 169; 1JT 516).

24 de marzo de 2015

Recompensa

Los cristianos que desobedecen al Señor serán castigados tan ciertamente como lo fueron los israelitas por sus actos de rebeldía. Un mayor conocimiento de Dios que el que poseen otros, no autoriza a dejar de lado cualquiera de los mandamientos divinos; por el contrario, tal conocimiento significa una responsabilidad mayor de responder estrictamente a todas las enseñanzas de Dios. La desobediencia en semejantes circunstancias es mucho más grave que en el caso de los que no tienen tanta luz (ver Luk_12:47-48; Jam_4:17).

23 de marzo de 2015

La carrera del hombre

¡Cuán afanosamente corren los hombres en busca del éxito temporal, y hasta qué grado de incomodidad y aun de sufrimiento están dispuestos a someterse con tal de ser famosos delante del mundo!

18 de marzo de 2015

No es pedir, es saber como hacerlo

Antes de que pidamos algo a Dios, es importante asegurarnos de que nuestra relación con él sea sólida. Si estamos mintiendo, estamos actuando como si Dios, que conoce todas las cosas, ni siquiera existiera. Por esto, la confesión de nuestro pecado es un prerrequisito para el perdón (1 Juan 1:9). No podemos hacer trampa a Dios; él nos ve exactamente como somos. Al orar, el dramático gesto de postrarnos, echados sobre el polvo como muertos (Lamentaciones 3:29), revela no solo nuestra reverencia y humildad, sino además muestra que percibimos nuestra desnudez espiritual ante él.

Sabiduría

El hecho importante de que Dios es el Creador, y que no podemos comprenderlo plenamente, nos da una lección vital con respecto a cómo debemos recibir su revelación escrita, que algunos eruditos están siempre cuestionando. ¿Quiénes somos nosotros –cuya comprensión incluso de las cosas más sencillas de la naturaleza está cubierta de nubes y llenas de misterio− para desafiar la Palabra de Dios, aun las partes que nos dejan perplejos o nos perturban?

17 de marzo de 2015

Cuando se vuelven a ver la predicación de hombres en vez de ver quien lo envío

Dios es dueño de todas las cosas animadas o inanimadas, y todo lo que él ha hecho tiene el propósito de ser para la bendición de sus redimidos (ver DMJ 94). Los apóstoles, profetas, ministros, o cualquier otra clase de mensajero que él use, sirven a toda la iglesia y no sólo a una parte de ella. Por lo tanto, es incorrecto manifestar adhesión a determinado dirigente o ser humano en particular, como Pablo o Apolos. Ellos eran sólo los instrumentos a quienes Dios usaba para cumplir 675 sus propósitos en la tierra. La atención de los creyentes debe concentrarse en Dios y en Jesús, de quien -en su calidad de Dios- procede toda sabiduría (Col_2:23). Dios colocó al hombre en una tierra perfecta cuando creó el mundo, donde todo estaba preparado para su bienestar, felicidad y gozo; pero entró el pecado trayendo consigo muerte y sufrimiento. Dios predominó por sobre los esfuerzos de Satanás para destruir a la raza humana. Todo ha sido desfigurado por el pecado, pero las cosas de la tierra son dadas por el Padre para el beneficio de sus hijos (cf. Rom_8:28)

Así que no importa

No importa cuán sutiles, inteligentes o hábiles puedan considerarse a sí mismos los hombres, no pueden mejorar la Palabra de Dios, ni engañar a Dios, ni producir un plan mejor que el divino. Dios puede desbaratar los propósitos de ellos y reducir a nada sus planes. Y lo hace para permitirles que demuestren su necedad y queden entrampados por ella (cf. Job_5:12; Isa_8:10). Los muchos y diferentes sistemas teológicos y filosofías religiosas que existen en el mundo de hoy día, ilustran la fuerza de esta afirmación.

Eres cristiano? Has pensado en esto?

Lee 1 Cor 3

El que no edifica sabiamente, siguiendo fielmente las instrucciones del Arquitecto Supremo, verá que su obra es destruida (ver Mat_7:26-27). Se podrá arrepentir de su falta de destreza y será aceptado por Dios, pero no cambiarán los resultados de su obra defectuosa; permanecerán como una pérdida eterna del edificador descuidado. Un hombre puede desfigurar las enseñanzas de Jesús mediante sus palabras y obras, y sembrar semillas de duda, malas conjeturas y amor al mundo; con su influencia puede hacer que muchas almas se aparten del puro Evangelio y acepten el error, y más tarde reconocer el mal que ha hecho, y arrepentirse sinceramente, Dios lo perdonará y lo salvará; pero debido a su edificación defectuosa algunas almas quedarán fuera del reino. De modo que aunque él sea salvo, otros se perderán eternamente (ver Gal_6:7; 2JT 139).

Pasando por fuego

Cuando un edificio se quema sólo quedan los materiales a prueba de fuego. El fuego representa los tiempos de crisis, incluso “la hora de la prueba” que sobrevendrá a todo el mundo “para probar a los que moran sobre la tierra” (Rev_3:10). Indudablemente, no se hace referencia a los fuegos literales del día final, porque este fuego simboliza una prueba de la cual es posible salvarse (ver 1Co_3:14-15). La verdadera naturaleza de la fe de los que se llaman hijos de Dios se manifiesta en tiempos difíciles. Si están verdaderamente convertidos y han sido debidamente adoctrinados con el puro Evangelio de Jesucristo, los fuegos de la persecución y de la prueba sólo harán que se fortalezca su fe y que su amor por el Señor brille aún más. Por otro lado, si han recibido una instrucción defectuosa, compuesta de una mezcla de filosofía humana y componendas con el mundo, su fe no resistirá la prueba de las dificultades y se apartarán de Cristo y de su iglesia. Sólo los que hayan edificado fielmente sobre el verdadero fundamento, Jesucristo, y hayan usado materiales resistentes, verán que su obra perdura hasta el fin.

Se sabrá al final

La verdadera naturaleza de la obra de un hombre no siempre se 673 ve en esta vida, pero será revelada en su verdadera luz “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secreto de los hombres” (Rom_2:16). El carácter de la enseñanza espiritual impartida se revelará entonces plenamente en los resultados que ha producido en las vidas de los que la han recibido. Algunos serán pesados, y hallados faltos; otros recibirán la corona de la inmortalidad.

Se encuentra allí

En la religión hay mucho fanatismo, intolerancia, falsa humildad, exagerada atención a las formas y ceremonias externas, frívolo entusiasmo y agitación, que serán desenmascarados en el gran día de Dios.

Enseñanza

No sólo es esencial que los nuevos conversos sean fielmente instruidos en las doctrinas básicas de la iglesia, sino también que se les enseñe a discernir entre la verdad y las falsas enseñanzas del fanatismo.

16 de marzo de 2015

Isaías 64:4

El versículo dice literalmente: “Lo que ojo no vio y oído no oyó, y sobre corazón de hombre no ascendió, lo que preparó Dios para aquellos que aman a él”. Los hechos físicos de la existencia son descubiertos mediante los sentidos, que se usan para conocer las cosas que nos rodean. El hecho de que ni el ojo ni el oído puedan entender las cosas de Dios, prueba que en realidad se necesitan otras facultades fuera de los sentidos físicos para entender las verdades espirituales (1Co_2:10).

El plan....

El hombre natural fracasa completamente en su apreciación de la “sabiduría” de Dios, porque es diametralmente opuesta a la filosofía de la vida que acepta el hombre. Aun los creyentes consagrados son incapaces de sondear la profundidad del significado del plan de salvación (Rom_11:33-36).

Un gran hombre según el mundo

Los grandes hombres según el mundo, a pesar de toda su sabiduría y de sus grandes conquistas, demuestran constantemente que no son dignos de confianza en el reino espiritual. Son hallados ignorantes e impotentes a la luz de la sabiduría que Cristo enseñó con tanta claridad.

12 de marzo de 2015

Disciplinar a los hijos

Los hijos, en realidad, no solo necesitan disciplina: la desean. Nece sitan saber que existen límites, y que ellos necesitan mantenerse dentro de ellos. Una madre que cree que tiene que respetar la libertad de su hijo y le deja hacer lo que quiera sin decirle nunca “No”, en última instancia acarreará “vergüenza” para ella (Prov. 29:15); y, sin duda, tristeza a los hijos, si no ahora, ciertamente cuando los niños lleguen a ser adultos.

Romanos 14:1

En Rom_14:1 a 15:14 Pablo insta a los cristianos más firmes a que consideren con simpatía los problemas de sus hermanos más débiles. Como lo hizo en los cap. 12 y 13, muestra que el origen de la unidad y de la paz en la iglesia es el genuino amor cristiano. Este mismo amor y respeto mutuo asegurarán una continua armonía entre el conjunto de creyentes a pesar de las diferencias de opiniones y de los escrúpulos en asuntos de religión.

La salud y el cristiano

el verdadero creyente procurará que su cuerpo se conserve santo para que sea aceptable delante de Dios como un sacrificio vivo. El hombre de fe firme considerará que es un acto de culto espiritual el cultivar la buena salud (Rom_12:1; 1Co_10:31).

Débiles en la fe

Débil en la fe. Es decir, alguien que sólo tiene una comprensión limitada de los principios de rectitud. Anhela ser salvo y está dispuesto a hacer cualquier cosa que cree que se le pide; pero debido a la inmadurez de su experiencia cristiana (cf. Heb_5:11 a 6:2) y quizá también como resultado de su educación anterior y de sus creencias, trata de asegurar su salvación por medio de la observancia de ciertas reglas y prescripciones que en realidad no son obligatorias para él. Da mucha importancia a esas reglas; las considera como absolutamente vigentes para poder alcanzar la salvación, y está angustiado y perplejo cuando ve que otros cristianos que conoce, especialmente los que parecen tener más experiencia, no comparten sus puntos de vista. Las afirmaciones de Pablo en Rom. 14 han sido interpretadas de diversas maneras y usadas en las siguientes formas: 1 para menospreciar el régimen vegetariano, 2 para abolir la distinción entre carnes limpias e inmundas, y 3 para eliminar toda distinción entre días, aboliendo de paso el sábado. Que Pablo no se ocupa de ninguna de estas tres cosas, resulta evidente cuando se estudia el capítulo entendiendo ciertos problemas religiosos entonces vigentes, que perturbaban a algunos cristianos del primer siglo. Pablo menciona varios problemas que eran motivo de controversia entre los hermanos: (1) algunos se refieren a la alimentación (Rom_14:2), y (2) los otros tienen que ver con la observancia de determinados días (Rom_14:5-6). En 1 Cor. 8 también se trata el problema de la alimentación y los conceptos del hermano fuerte y el hermano débil. La Primera Epístola a los Corintios fue escrita menos de un año antes que la de Romanos. Por lo tanto, es razonable concluir que en 1 Cor. 8 y Rom. 14 Pablo está tratando, en esencia, el mismo tema. En Corintios el problema es si se debe o no comer alimentos sacrificados a los ídolos. De acuerdo con una antigua práctica, los sacerdotes paganos comerciaban ampliamente con los animales sacrificados a los ídolos. Pablo dijo a los creyentes corintios, tanto de origen judío como pagano, que como un ídolo “nada es” no era malo en sí mismo comer carnes dedicadas a los ídolos. Sin embargo, sigue explicando que, debido a sus antecedentes, educación y diferencia de discernimiento espiritual, no todos tienen ese “conocimiento”, y por lo tanto no podrían comer con limpia conciencia tales alimentos (ver com. 1 Cor. 8). Por eso Pablo instaba a los que no tenían escrúpulos en cuanto a esas comidas a que no participaran de ellas para no poner una piedra de tropiezo en el camino de un hermano (Rom_14:13). Su admonición está, pues, en armonía con la decisión del Concilio de Jerusalén, y proporciona por lo menos una razón por la cual ese concilio se definió así en cuanto a este tema (ver com. Hech. 15). Quizá para no escandalizar en esto, algunos cristianos se abstenían por completo de comer carne, por lo que su alimento se reducía a “legumbres”, es decir, alimentos de origen vegetal (ver com. Rom_14:2).

10 de marzo de 2015

Restaurar

La confesión, pues, debe ser específica: a Dios, por los pecados que han herido su corazón y nos han puesto en falta de armonía con su carácter de amor y su voluntad perfecta y buena; y, si has dañado a alguien de alguna manera, también es importante que te acerques a esa persona para arreglar las cuentas. Solo hay paz interior cuando las cuentas están saldadas con Dios y con el prójimo. Busca hoy a quienes hayas herido o dañado, confiésales tus faltas y ofrece repararlas; e independientemente de la reacción de tales personas, ten la seguridad de que tu Padre celestial te comprende, te perdona, te acepta y te restaura a la armonía con él.

Dinero y a quien no le gusta?

El dinero es una fuerza muy poderosa en este mundo, y por eso la Biblia habla mucho de él. Si deseas dinero, como casi todos los demás, ¿cómo puedes asegurarte de no caer en la trampa de lo que Jesús llamó “el engaño de las riquezas” (Marcos 4:19)?

Proverbios

El libro de Proverbios no es solo un libro de sabiduría; primero de todo es un libro acerca del Dios que ha revelado sabiduría. Buscar sabiduría obedeciendo la Ley nos acercará a Dios y a la salvación que él gratuitamente nos ofrece por fe en Jesús.

La tora

Por importante que es para una vida de fe, la Ley (la Torá) no es en sí misma la fuente de vida; por el contrario, la Ley señala el pecado, y el pecado conduce a la muerte (ver Romanos 7:7-13). En cambio, lo que hace que la Torá sea efectiva es que proviene de Dios. Aparte de Dios, la Torá sería un credo legalista que no tiene nada que ver con sus intenciones originales. Una vida de obediencia a la Ley de Dios está relacionada con una vida con Dios. La Torá no reemplaza a Dios; es solo un maestro que (de acuerdo con la analogía de Pablo) conduce a los estudiantes a su maestro (Gálatas 3:24).

Como ser sabios

Después de todo, los humanos no podemos ser sabios por nosotros mismos; no podemos siempre distinguir entre el bien y el mal (1 Reyes 3:9). Por eso, necesitamos la Ley divina para ayudarnos a adquirir discernimiento. En otras palabras, la adquisición de la sabiduría no depende de ejercicios intelectuales o espirituales; esencialmente, está relacionada con la obediencia a la Ley que reside fuera de nosotros mismos.

El pueblo de Israel ¡

Lo que hizo que el pueblo de Israel fuera diferente de las otras naciones no era tanto su manera de pensar, o aun sus conceptos “espirituales” y teológicos abstractos. Era sus elecciones concretas en la vida, acerca de, entre otras cosas, la comida, el descanso, el ambiente natural y sus relaciones con sus vecinos y familias que los hacían “santos” o “puestos aparte” de todas las demás naciones. E idealmente, esas elecciones debían centrarse en los principios que se encuentran en la Ley.

Es bueno o malo?

Muchas voces nos llaman de muchas direcciones. ¿Cómo sabe la gente qué es lo bueno y qué es lo malo? La respuesta se encuentra en Dios y en su revelación escrita. Debemos aprender a depender de Dios y a obedecer su Ley. El resto seguirá de por sí.

Fiel hasta el final

Fiel hasta el final

«Sabemos que si muestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial, pues así seremos hallados vestidos y no desnudos». (2 Corintios 5: 1-2)


 

El pastor Edwin Ludescher fue presidente de la División Euroafricana durante más de veinte años. Para los presidentes de las Uniones de nuestra División, era un referente, un administrador cabal. Era un buen predicador, y durante más de una década, cuando visitaba España, yo fui el traductor de sus mensajes. Viajábamos juntos en mi vehículo y tuvimos ocasión de hablar largo y tendido. Me deleitaba escuchar las experiencias que había vivido como misionero en África occidental. Debo confesar que aprendí mucho de este hombre de Dios. En 1995 decidió retirarse, pero nuestra amistad continuó y se vio enriquecida por una correspondencia epistolar que ambos mantuvimos durante años.

                Pero un día se cortó nuestra comunicación. Desde 2008 yo no sabía nada de él. Entonces me enteré por otros de la muerte de sus esposa y que él mismo tenía una salud precaria. El 19 abril de 2012, recibí una carta suya escrita desde Alemania, donde residen sus hijos. Su contenido me llenó de tristeza: «Mi situación ha cambiado drásticamente. A comienzo de 2008, los médicos me informaron que estaba sufriendo un cáncer de próstata muy agresivo […]. Mi salud declina cada día más. Estoy esperando aquí el fin de mi vida. Que el Señor acorte este tiempo de sufrimiento […]. Gerda, mi querida esposa, reposa en la tumba familiar del lugar donde nació. Mis cenizas serán depositadas junto a las de ella mientras esperamos al glorioso día del regreso de Cristo y la resurrección […]. El Salmo 93 me conforta cuando dice: “¡Jehová reina!”».

                Este era el ocaso de una vida llena de servicios a la iglesia, de discipulado con Cristo, de fe y de esperanza en el glorioso advenimiento del Señor. Finalmente, y a pesar de que, como Pablo, reconocía que «su morada terrestre, este tabernáculo, se deshace», mi amigo y maestro, el pastor Ludescher, se confortaba con la seguridad de que ¡Jehová reina! y que su providencia le está preparando «un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos». Finalmente, el pastor Edwin Ludescher falleció el 11 de junio de 2012.

                Pero hay un Dios en los cielos… cuando entramos en la última etapa de nuestras vidas. Las tribulaciones y el sufrimiento, incluso la muerte, son ligeros y temporales, en comparación con el excelente y excelente y eterno caudal de gloria que Dios nos ha promtido.

 

Tomado de: Lecturas devocionales para Adultos 2015
“Pero hay un Dios en los cielos”
Por: Carlos Puyol Buil

Romanos 7:5

Pablo no disminuye en nada la necesidad o la importancia de la ley moral; por el contrario, su evangelio en realidad sirve para ensalzar la ley. Una de sus principales preocupaciones es que los hombres comprendan la relación correcta que existe entre la ley y el Evangelio, y su gran mensaje es que los pecadores no deben depender de ley, ni siquiera de la ley de Dios (ver com. Rom_2:12; Rom_6:14), para que haga por ellos lo que sólo puede alcanzarse mediante la gracia de Dios que justifica y santifica por medio de Jesucristo. La comprensión de esta verdad fundamental para la salvación no disminuye el respeto por la ley de Dios; por el contrario, produce un efecto precisamente opuesto en los que tienen fe (ver com. Rom_3:31).

Pablo y la ley

Los creyentes que han muerto al pecado y resucitado a la vida nueva (Rom_6:2, Rom_6:4), ahora prestan un servicio que es nuevo y espiritual. Su obediencia a la ley de Dios ya no es legalista y mecánica, como si la justificación consistiera simplemente en cumplir con un código de reglamentos externos de conducta que no tiene nada que ver con la condición del corazón. Mediante su unión con el Salvador resucitado, los creyentes han aprendido un camino nuevo de verdadera obediencia cordial y espiritual. Tal servicio y tal culto sólo son posibles para los que han renacido del Espíritu Santo y viven bajo su influencia.

Como de día

Los malhechores ocultan sus hechos de violencia y maldad con la oscuridad de la noche (1Th_5:7; Eph_5:11-12). Pero el cristiano debe conducirse como si todo el mundo pudiera ver lo que él hace. Es hijo del día y no de la noche (1Th_5:5), y debe vivir como hijo de la luz (Eph_5:8).

Como de día

Los malhechores ocultan sus hechos de violencia y maldad con la oscuridad de la noche (1Th_5:7; Eph_5:11-12). Pero el cristiano debe conducirse como si todo el mundo pudiera ver lo que él hace. Es hijo del día y no de la noche (1Th_5:5), y debe vivir como hijo de la luz (Eph_5:8).

Armas de luz

Las “armas de la luz” llevan ese nombre en contraste con “las obras de las tinieblas”. Los cristianos son invitados a salir “de las tinieblas a” la “luz admirable” de Dios (1Pe_2:9); son llamados “hijos de luz” (1Th_5:5), y por lo tanto libran la batalla espiritual con “armas de. . . luz”.

Y pasa el tiempo

El hecho de que este tiempo se ha prolongado más de lo esperado, no significa que la Palabra de Dios haya fallado. Hay una obra que debe ser hecha y hay condiciones que se deben cumplir antes de que pueda venir Cristo (ver Ev 504-505). Entre tanto es indispensable que cada creyente experimente un sentimiento continuo y vital de la brevedad del tiempo y de la inminencia del retorno de Cristo. Esta motivación es indispensable para completar la obra que debe concluirse y hacer frente a las condiciones que se presenten. Permanece siempre intacta la verdad de que a los que duermen en una tibia complacencia propia el día del Señor los sorprenderá como ladrón en la noche, “y no escaparán” (1Th_5:3).

Romanos 13

El que ama a su prójimo ni le robará, ni le quitará la vida; tampoco codiciará sus bienes, ni dará falso testimonio acerca de él, ni cometerá adulterio con su cónyuge.

Romanos 13:7

Los agentes del gobierno romano que en los días de Pablo estaban autorizados para cobrar tributos e impuestos, al menos a los judíos, eran blanco del odio popular y de desprecio. Por eso Pablo aconsejaba a los creyentes de Roma que no sólo se sometieran al sistema de impuestos, sino que también prestaran la debida honra y respeto a sus gobernantes. Esto contrasta agudamente con el creciente sentimiento de rebelión que estaba siendo fomentado por algunos fanáticos judíos, y que pronto causaría la destrucción de su nación (ver Josefo, Guerra ii. 13. 4-7).

9 de marzo de 2015

A él sea la gloria

A él sea la gloria. Con esta breve, aunque sublime doxología, Pablo llega al fin de la sección más doctrinal y argumentativa de su epístola.

Los dones

Ninguno de los dones del cielo puede ser considerado como retribución de un favor o dádiva que previamente se haya dado a Dios. Todas sus bendiciones emanan de su propia gracia generosa.

Inescrutable

Esta palabra aparece una vez más en el NT en Eph_3:8. El libro de Job es un comentario del inescrutable misterio de los caminos de Dios (Job_5:9; Job_9:10). Se puede conocer algo de la sabiduría de Dios (Rom_1:20), pero no todo (cf. Ecc_8:17). Aun Pablo, con su gran intelecto y su aguda perspicacia que penetra en las cosas de Dios, se siente impulsado a reconocer que las decisiones de Dios y sus caminos están más allá de la limitada comprensión del hombre. Dios nos revela de su sabiduría y propósitos sólo lo que es para nuestro bien; pero, más allá de esto debemos depender de las amplias evidencias de su amor, misericordia y poder.

Misericordia para todos

No todos quieren aceptar la misericordia de Dios y someterse a ella. Los hombres tienen aún la libertad de oponerse y rechazarla; pero Dios está listo y dispuesto a tener misericordia de todos (2Pe_3:9). Todo su trato sabio y paciente con el hombre caído ha sido encauzado hacia el cumplimiento de este único propósito: la revelación del amor divino en la salvación de los pecadores.

Esperanza

cuando permite que el hombre quede sujeto a las consecuencias naturales de su propia rebelión, Dios procura enseñarle la atrocidad del pecado y revelarle su absoluta debilidad cuando está separado del poder divino. Al dejar que los que tratan de establecer su justicia mediante sus propias obras cosechen los resultados inevitables de su necedad, Dios se esfuerza para que sea claro para todos que la salvación se puede alcanzar únicamente por la fe en él y sometiéndose 609 al amor, la misericordia y el poder transformador que se revelan en Cristo. A todos.

5 de marzo de 2015

Porque un mandamiento?

La función permanente de los mandamientos es revelar la norma de justicia, convencer de pecado y mostrar la necesidad de un Salvador. Si no hubiera ley para convencer de pecado, el Evangelio sería impotente, pues a menos que el pecador esté convencido de su pecado, no sentirá la necesidad de arrepentirse y de tener fe en Cristo. De modo que pretender que el Evangelio ha abolido la ley no sólo es tergiversar el lugar y la importancia de la ley, sino también socavar el propósito y la necesidad fundamentales del Evangelio y del plan de salvación (ver com. Rom_3:31).

Importancia de la ley

La función importante de la ley es la de desenmascarar el pecado y convencer al pecador de que sus caminos son errados, pero no puede desarraigar un espíritu rebelde ni perdonar una transgresión. “La ley revela al hombre sus pecados, pero no dispone ningún remedio” (CS 521).

Errado al buscar la solución

El gran error de muchos judíos consistía en su concepto falso de la función de la ley en un mundo pecaminoso. Orgullosos con su justicia propia, no estaban dispuestos a reconocer su culpabilidad ante la ley ni su incapacidad para vivir a la altura de sus preceptos; por lo tanto, no comprendían su necesidad de un Salvador. Se dedicaban a un diligente estudio de las Escrituras creyendo que en la ley encontrarían vida y no condenación. No querían ir a Cristo para que pudieran hallar justificación y vida (Joh_5:39-40). Ver com. Eze_16:60.

La ley es buena?

El proceder lógico frente a la ley es considerarla como un enemigo por haber pronunciado este veredicto justo. El espejo no es enemigo de una persona fea porque le revela su fealdad, ni tampoco un médico es enemigo de un enfermo porque le dice que está enfermo. Ni el médico es el causante de la enfermedad, ni el espejo de la fealdad. Tampoco Dios es la causa de la enfermedad y de la fealdad de nuestro pecado porque nos lo muestra en el espejo de su santa ley. Por el contrario, Dios es el autor del plan divino mediante el cual Jesús vino al mundo a curar nuestra enfermedad.

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